a las cinco en punto de la tarde, el Parroco de la villa comenzo a bendecir y no veais lo bonito que es ver a toda la gente con sus bolsa y atillos de pan alzandolos por encima de las cabezas para que el agua bendita llegase aunque nada mas fuese una gota a su bolsa o atillo.
Tambien tengo que deciros queridos vecinos de Cacabelos que estais por toda España que el Sr. cura a tenido que salir fuera de la Iglesia porque dentro de ella no se cabia ya que se calcula que estariamos unas dos mil persona
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